viernes, febrero 04, 2005

Entrevista con Lilian Celiberti

Para RIMA – Red Informativa de Mujeres de Argentina

Entrevista con Lilian Celiberti
por Irene Ocampo y Gabriela De Cicco

(RIMA, 27 ene. 2005, Porto Alegre).- En el marco del Foro Social Mundial 2005, y luego de la segunda edición de los Diálogos Feministas, entrevistamos a esta socióloga uruguaya, integrante de la Articulación Feminista Marcosur, la colectiva periodística Cotidiano Mujer de Uruguay, y el Comité Internacional del FSM. Le pedimos sus impresiones sobre la nueva edición de los Diálogos y su visión en relación al Foro Social. Mientras concluía la actividad sobre el derecho al agua en el Barco de la Diversidad, Lilian Celiberti se explayó en estos temas, y nos dejó también algunos interrogantes. Mientras el primer día del Foro Social concluía, los barcos que promocionaban sus paseos por el río Guaíba hacían sonar sus sirenas, y las mujeres que habían partcipado de la primera actividad abierta intercambiaban sus impresiones, escuchamos a una oradora impecable hablar desde ese lugar que ella definió tan bien como el de 'una mujer en múltiples campañas'.

P:¿Qué te deja esta nueva versión de los Diálogos Feministas?

L.C.: Creo que como todas las cosas forma parte de un proceso, el que comenzó hace tres años en una primera reunión que nosotras como Articulación Feminista Marcosur convocamos para contar un poco de qué se trataba la historia del Foro Social Mundial, cuáles eran los desafíos que nosotras veíamos en esto, cómo generar articulaciones desde las feministas para enfrentar estos desafíos, reconociendo que somos sujetas políticas muy diversas, tenemos distintas identidades, y hasta diferentes posiciones, aunque algunas de nosotras en algunos temas nos unimos.
Desde ese momento, hace tres años, hasta ahora creo que se ha ido madurando un espacio de discusión. A mí me gustó mucho la discusión en la que pude participar, porque un día entero concidió con la reunión del Comité Internacional del FSM. Me gustó que todas hayan salido contentas de la posibilidad de tener ese espacio para poder debatir la política, darnos el tiempo que necesitamos, porque también somos un movimiento que está en muchísimas campañas, en muchísimas acciones a nivel del mundo, entonces tener ese espacio para poder conocernos y renoconcernos
mutuamente a mí me parece que fue sustancial.

Pero además el contenido político del debate creo que dio un salto importante en relación a lo que había sido el año pasado en el FSM de la India. Porque ahí había esa cosa de conocerte, de saber, quién era América Latina, quiénes eran las feministas de América Latina que estábamos participando, quiénes las de India, de Estados Unidos, de Asia, y del Pacífico. Entonces creo que el año pasado fue un momento en el que detectamos las diferencias regionales, que había cosas que para nosotras, por ejemplo la democracia, su profundización, el intentar que los Estados se democraticen forma parte de la agenda feminista, mientras que en otras regiones esos temas no son priorizados, de la misma manera, entre otras cosas, porque los estados son bastante diferentes a los nueutros. Entonces creo que esta vez pudimos avanzar en la identificación de algunos temas globales que más allá de las diferencias tienen que ver con todas las regiones y nos impactan, que va desde cómo vincular el tema del fundamentalismo, a una sensación de un planeta en crisis, un planeta en guerra, un planeta donde las catástrofes naturales empiezan a ser custión de todos los días por la utilización abusiva y capitalista de los recursos naturales. Porque si bien se presentan como catástrofes naturales nosotras sabemos que eso tiene que ver con el uso irresponsable y la ruptura de los equilibrios ecológicos y ambientales.

P:¿De qué manera se pudo dar ese avance en relación a los ejes temáticos?

L.C.: El crecimiento político de ese debate estuvo dado en la posibilidad de mirar conjuntamente la globalización, el fundamentalismo, la militarización, como tres fenómenos muy interconectados que nos interpelan desde nuestras agendas. Y cuando digo nuestras agendas y ese es un tema más importante, no porque sea nuevo, porque esa es la marca del movimiento feminista que tiene que ver con el cuerpo, los sujetos, las sujetas, las personas, cómo ese, nuestro cuerpo, parece un territorio de disputa. En relación a la militarización y la guerra, en relación al fundamentalismo, cómo reposicionar los temas históricos del feminismo pero desde esta visión de los grandes temas de la humanidad y vinculados al Foro Social Mundial.
Nosotras decíamos que en el FSM participan movimientos de todo tipo y color, lo sabemos, es una Babel de lenguas, de culturas, nosotras formamos parte como ustedes habrán visto acá en esta presentación de muchísimas luchas, nosotras en el sentido amplio de nosotras las mujeres. Sin embargo, nuestras luchas, las que tienen que ver con el derecho a decidir de nuestro cuerpo siguen siendo sólo nuestras.
Entonces nosotras seguimos siendo las protagonistas junto con los jóvenes, y en particular con las jóvenes, auque ahora se han incorporado algunos varones, porque son los sectores más impactados en relación a la clandestinidad del aborto, porque son aquellos que no tienen la libertad de vivir el placer de un encuentro donde se corre el riesgo, una chica de quedar embarazada y donde nadie parece hacerse cargo, aunque si se hacen cargo desde el lugar del control, de la prohibición y del castigo, de la punición o de la criminalización.

Entonces, ¿de qué manera, esta política de alianzas que supone el FSM, somos capaces o podemos reposicionar estos temas en el debate de los movimientos, no para que todo el mundo esté de acuerdo, sino para generar una cultura de debate que vaya al fondo también de todos los temas? Es decir, nosotras formamos parte de las causas de los derechos humanos, estamos en todas las articulaciones de derechos humanos de todos los países, sin embargo en la lucha contra la tortura y la represión de las mujeres en el ámbito doméstico si las mujeres no ponemos este tema en la agenda pública, y parecería que fuera un problema sólo de las mujeres y no un problema de la sociedad toda. Lo mismo sucede con el aborto, porque en definitiva si una mujer tiene que abortar es porque un hombre participó en el privado, porque engendró ese hijo que después no es deseado, entonces no es la mujer que no lo desea, es nuestro cuerpo, por supuesto que nosotras tenemos la libertad de decidir, pero también hay responsabilidades que no son asumidas por la sociedad en su conjunto. Entonces bueno, creo que en esa vuelta también le dimos a estos temas, desde lo concreto y desde lo general, porque por ejemplo, muchas veces en esta cuestión que ahora se conversó acá en relación al agua, es que sigue habiendo una jerarquización de los temas, están los grandes temas y están los temas específicos y las mujeres no somos un sector específico, somos más de la mitad de la humanidad. Y los grandes temas son también los temas que tienen que ver con nuestras vidas porque no hay nada más grande que la vida de la gente. Si nosotras somos la mitad de la humanidad nuestros temas no son específicos o concretos. Primero porque además se vincula con la privatización, la globalización, las modificaciones en el mercado del empleo, la flexibilización laboral, todo eso impacta a las mujeres, de manera distinta que a los hombres, impacta de manera distinta a las nuevas generaciones, a los más jóvenes. Entonces no hay grandes temas y temas pequeños, para nosotras el gran desafío en el FSM es cómo generar una cultura que haga de los derechos de las personas una platafroma desde la cual abordar la militarización, la guerra, la globalización. Hay algunos dilemas justamente en esa división que todavía se sigue haciendo entre los grandes temas y los temas específicos, aparacen quienes en nombre de una alianza antiimperialista son capaces de aliarse con sectores fundamentalistas que sacrifican los derechos de las mujeres en los países islámicos, o en otros países. Es decir, porque simplemente tienen la definición de la no intervención. Entonces para nosotras hay aquí un
tema teórico–político de paradigma que tiene que ver con que hay un concepto de universalidad que está en disputa, es decir ‘¿qué es lo universal?’ ‘¿de qué derechos hablamos cuando hablamos de derechos universales?’ Si después se invisibilizan los derechos de las mujeres.
En los ejemplos concretos trasladados a la acción política, supone de que en aras de una política de alianza, muchas veces en movimientos y en partidos políticos progresistas, se prioriza la alianza por esos supuestos grandes temas, aun cuando se sacrifique y se estén aliando con sectores que claramente violentan un concepto de humanidad, en donde todo el mundo tenga derechos y donde todo el mundo quepa, en donde todos puedan habitar.

Me parece que eso es lo que yo diría que fue el gran avance, porque nosotras como feministas siempre estamos en un lugar bisagra, queriendo apoyar causas que las sentimos profudamente y a la vez problematizando esas causas. Entonces nuestro lugar está pero a la vez cuestiona, y es un lugar que es muy renovador también. Creo que trae como un aire fresco al pensamiento político que hoy tiene que dar cuenta de cosas muy grandes porque hay una sociedad que tiene miedo del futuro. Y esa no es la sociedad uruguaya o la argentina, no, es la sociedad humana, porque lo que vemos todos los días en un informativo son guerras, catástrofes, desocupación, misera y hambre, eso es lo que vemos. Entonces cuál es la idea de futuro que a una joven, a una adolescente de cualquier parte del mundo le estamos dando. Entonces hay una batalla permanente por estar en las distintas articulaciones y a la vez problematizarlas, cuestionarlas.

–FIN

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